Gómez Domínguez, Jorge2015-08-172015-08-172009-05-01http://hdl.handle.net/11285/569191Dentro de los desastres naturales, los sismos son los más destructivos en términos de pérdidas humanas y materiales. Tan sólo en el periodo 2000-2007 se perdieron, debido a sus efectos, cuatrocientos treinta mil vidas humanas a nivel mundial (USGS, 2007). En 2007, en México, se presentaron 31 sismos con magnitud Richter mayor a 5.0 y 4 sismos con magnitud Richter mayor a 6.0 clasificados como de daño moderado y destructivos, respectivamente (SSN, 2008). Desafortunadamente y a pesar de los esfuerzos que se han realizado por reducir las consecuencias de los sismos (diseño sísmorresistente, simulacros, etc), se espera un incremento en la cantidad y la magnitud de los daños que se producen a partir de la ocurrencia de dichos fenómenos. Este incremento se deberá, por una parte, a la expansión demográfica hacia zonas de actividad sísmica y por otra a la falta de aplicación de las normas para diseño sísmico, especialmente en edificaciones diseñadas y/o construidas por personas no capacitadas (Milutinovic & Petrovsky, 1990). La evaluación de estos daños es una actividad crítica que debe ser planificada y diseñada con anterioridad para realizarse de manera eficiente y efectiva. El objetivo de la evaluación de daños es determinar si las edificaciones que soportaron el sismo pueden seguir siendo utilizadas normalmente o si su uso debe estar restringido de manera parcial o total. Distintas metodologías de evaluación han sido desarrolladas a nivel mundial destacando el método del Applied Technology Council ATC-20 (1979), el método Yugoslavo (1984), el método Japonés (1985), el método Mexicano (1988), el Método Italiano (2000) y el Método de Bogotá (2002), entre otros. Cada una de estas metodologías ha sido desarrollada y mejorada a partir de experiencias previas de sismos presentados en las distintas regiones del mundo. Sin embargo, la mayoría de estos procedimientos fueron creados para un país o región en particular y por lo tanto su aplicación tal cual en otras regiones del mundo está limitada. Esta limitación obedece por una parte a los cambios que existen en los sistemas constructivos utilizados en los diferentes países y por otro a la zonificación de las ciudades que es realizada y utilizada en el procedimiento de evaluación. A pesar de que el método mexicano de evaluación, considerado una mejora de los métodos Yugoslavo, ATC-20 y del Japonés, es uno de los más desarrollados a nivel mundial, tiene entre otras, las siguientes deficiencias o limitaciones: (1) Está enfocado a la Ciudad de México y su zonificación debido a que fue creado a partir del sismo de 1985 por encargo del entonces Departamento del Distrito Federal; (2) No define quién o quiénes son los responsables de la evaluación en caso del desastre y solamente menciona las profesiones que deberán de tener; (3) No cuenta con una herramienta computacional que permita el rápido procesamiento y evaluación de la información recabada.info:eu-repo/semantics/openAccesshttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0Area::INGENIERÍA Y TECNOLOGÍA::CIENCIAS TECNOLÓGICAS::TECNOLOGÍA DE LA CONSTRUCCIÓN::RESISTENCIA DE ESTRUCTURASEvaluación y Rehabilitación Post-Sísmica en Edificaciones de Mampostería y Concreto Reforzado -Edición ÚnicaTesis de maestría